En una noche oscura, con ansias, en amores inflamada

¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada estando ya mi casa sosegada
Para estas mercedes tan grandes que me ha hecho a mí, es la puerta la oración.
Cerrada ésta, no sé cómo las hará, porque aunque quiera entrar a regalarse con un alma y regalarla, no hay por donde, que la quiere sola y limpia y con ganas de recibirlos
(V8, 9)
(V8, 9)